San Andrés Islas - Parte I

En San Andrés estuvimos del 12 al 15 de Agosto de 2014. Nuestra visita a San Andrés fue un regalo de bodas hecho por mi mamá, quien hace un par de años y junto a mi hermano, había visitado la isla y le había parecido un paraíso. Y eso fue lo que precisamente encontramos en tan maravillosa isla: un Paraíso!

San Andrés y su mar de siete colores, visto desde la primera iglesia bautista en América del sur

Nuestra salida era desde el aeropuerto el Dorado en Bogotá, así que, muy temprano en la mañana desayunamos, hablamos un par de cosas finales con la encargada de la casa-hotel en Cartagena, y luego con el administrador, pero esta vez por teléfono. Durante el montaje y desarrollo de nuestra boda, unas cuantas cosas se quebraron, por lo cual había que dejar claro quién iba a responder por los daños. Por suerte, el planificador de bodas dijo que ellos se harían cargo de todo ya que fueron cosas ajenas a nosotros.

Salimos hacia el aeropuerto y después de realizar el check-in, nos encontramos con un mensajero del planificador de bodas, quien nos hizo entrega del saldo que había quedado a favor nuestro. Casi 1 millón de pesos colombianos! Todo esto gracias a que siempre estuvimos pendientes de las cosas que pagamos y que nunca vimos en nuestra boda. También porque a pesar de que el licor fue adquirido en consignación, no caímos en la trampa de nuestro planificador de bodas y sus asistentes. De esta manera logramos recuperar buena parte del dinero.

En fin, una vez pasamos los controles de seguridad, caminamos hacia la sala de espera y lo primero que vimos fue a mis suegros. Ellos viajaban a Bogotá y de Bogotá a Perú por un par de días. Hablamos y miramos fotos de la boda enviadas por mis amigas, hasta que llegó la hora de abordar. Nos despedimos, pues no viajábamos en el mismo vuelo que ellos. El vuelo a Bogotá fue rápido y sin mayores contratiempos. Una vez en el aeropuerto el Dorado, recogimos nuestro equipaje y fuimos hacia el counter de Copa Airlines para nuestro check-in. Pagamos $44.000 cada uno para la tarjeta de entrada a la isla, entregamos nuestras maletas y fuimos a almorzar al Crepes & Waffles del aeropuerto. Teníamos tiempo suficiente, por lo cual entramos a varios almacenes, tomamos café, reímos, hablamos, etc. Cuando llegamos a nuestra sala de espera y faltando 15 minutos para iniciar el abordaje, escuchamos por los parlantes que el vuelo hacia San Andrés se retrasaría por lo menos una hora, ya que debían realizarle mantenimiento a la aeronave. Terrible! el tiempo pasó demasiado lento, y esa hora terminó convertida en 1,5horas de espera. D estaba preocupado, pues nuestros amigos, quienes también viajaban a San Andrés pero desde Cartagena, esperaban por nosotros en el Aeropuerto y no teníamos forma de hacerles saber que nuestro vuelo estaba retrasado.

Finalmente partimos hacia San Andrés y después de casi dos horas de vuelo, aterrizamos. Que emoción! como ya era de noche, fue muy poco lo que pudimos apreciar desde el aire. El aeropuerto de San Andrés es pequeño y en el momento de llegada de los vuelos, en la parte de entrega de las tarjetas de entrada a la isla, se hacen filas interminables. Nuestro transporte al hotel  estaba incluido en el paquete turístico. Nos alojamos en el Hotel Decameron El Isleño, un hotel con menos de 1 año de inauguración. Precioso, lleno de color, ambientes espectaculares, rodeado de verde, deliciosas comidas y postres, música en vivo, ubicado frente al mar y a menos de 5 minutos del aeropuerto. Nuestra habitación tenía una incomparable vista, desde donde varias mañanas fui testigo de hermosos amaneceres.
Vista hacia Spa y piscinas 

Ambientes dentro del hotel

Vista desde la recepción
Muy a pesar de que nos quedamos en un hotel all-inclusive, nuestro plan no era quedarnos dentro del hotel. No! Queríamos explorar la isla y desde nuestro punto de vista, la mejor manera de hacerlo es alquilando un carro de golf y recorrerla a tu manera, en tus propios tiempos y sin afán alguno.  Es por ello que, el día siguiente a nuestra llegada, caminamos hacia el hotel donde estaban alojados nuestros amigos -un poco más al centro de la isla, aproximadamente 15 minutos caminando desde nuestro hotel-, los recogimos y justo al lado de su hotel había un alquiler de carros de golf. Hablé con el chico a ver si nos dejaba quedarnos con el carro hasta poco después del atardecer. La idea era tomar fotos del atardecer en San Andrés, desde puntos específicos. Esto fue posible por $10.000 adicionales.
Con mapa en mano y ya instalados en nuestro carrito de golf, emprendimos nuestro recorrido. Al principio nos perdimos un poco tratando de encontrar la circunvalar de San Andrés, pero fue espectacular el perdernos porque siempre encontramos vistas maravillosas.
Manejando sobre la circunvalar, camino al hoyo soplador 

Una vaca muy fashion
Yo soy amante del mar y la playa. Me transmiten una energía tan positiva, me relajan, me hacen soñar, me inspiran. Me hacen dar gracias por la vida, por la salud, por mi familia, mis amigos y ni hablar de la comida de mar, me fascina! por suerte a mi esposo también. Para nuestros amigos era la primera vez que veían el mar caribe en todo su esplendor. Todos estábamos tan maravillados que hicimos distintas paradas en sitios que nos parecían interesantes y bonitos, para tomar fotos y disfrutar el paisaje.
Playa camino al sur de la isla
En el hoyo soplador estuvimos varios minutos esperando que una ola de grandes proporciones entrara en los túneles naturales de arrecifes coralinos y así ver como el aire comprimido salía por el famoso hoyo. Esta fue una atracción turistica que a simple vista puede parecer aburrida, pero en realidad es divertida y se presta para buenas fotos o videos. En nuestro caso hicimos videos, que ahora hacen parte de nuestro archivo personal :-)
Después del hoyo soplador, salimos camino a la piscinita. Un lugar con aguas tranquilas y cristalinas, lleno de peces de todos los tamaños, a los cuales pudimos darles de comer y nadar junto a ellos. Aprovechamos este lugar para tomar nuestras primeras fotos bajo el agua con la cámara sumergible de nuestros amigos. El agua es fría y no hay playa, solo arrecifes coralinos. Es perfecto para hacer snorkeling y la entrada al lugar tiene un costo de $2000
Si, el agua es así de cristalina. Y sí, así de cerca estás de los peces.
Continuamos nuestro recorrido y en el camino encontramos otros atractivos turísticos que no se veían tan interesantes, por lo cual tomamos fotos desde la carretera. Uno de ellos era la cueva de Morgan. Mi madre y varios conocidos me habían comentado que no valía la pena pagar la entrada, aun si en las fotos se veía interesante. Mientras debatíamos si entrar o no, se nos acercó un nativo y nos comentó sobre la laguna o big pond y nos invitó a visitarla. Esta laguna se encuentra ubicada en el sector de la loma. Nuestro carrito de golf sufrió un poco para subir y llegar al sitio, pero lo logramos sin problema alguno. esta parte fue divertida y le añadió un poco de adrenalina a nuestro recorrido.
Animales de la laguna
El nativo muy amablemente nos mostró el lugar, vimos varios animales y comimos mamón. Era la primera vez que Mr D probaba tal fruta y le gustó. A decir verdad, él es fascinado comiendo frutas frescas cada vez que está en Colombia. Simplemente me dice que en Alemania la mayoría de estas frutas le saben a nada. El nativo también nos recomendó visitar la primera iglesia Bautista de Sur América y subir hasta el campanario. Nos aseguró tendríamos una vista de 360 grados de San Andrés. Y así fué. Un espectáculo total. Los cuatro subimos al campanario y nos sentamos a disfrutar de tan maravillosa vista, sentir una brisa deliciosa y tomar muchas fotos. Era el primer día de exploraciones y San Andrés se nos había robado el corazón. Su mar es sencillamente hermoso.
 Pequeña panorámica desde el campanario. Desafortunadamente en la foto no se aprecia el mar con sus 7 colores en todo su esplendor. 

Honestamente, no nos queríamos bajar del campanario. Estábamos completamente fascinados con la vista. Pero como ya la hora de almorzar había pasado y nosotros aún sin comida, salimos en búsqueda del restaurante "Donde Franscesca" Más de tres amigos me recomendaron ir a comer a ese lugar y allá fuimos. 



Vistas desde nuestra mesa en el restaurante "Donde Franscesca"

El restaurante es muy famoso, con un ambiente y decoración caribeña, ubicado en un lugar tranquilo y frente al mar. Su dueña, Francesca, se acercó a nuestra mesa, nos dio la bienvenida y habló con nosotros un par de minutos. La comida estuvo realmente increíble y llena de sabor. Disfrutamos tanto de la comida como del ambiente. Si estás en San Andrés, no dejes de visitar este lugar.

Al acercarse el atardecer, decidimos continuar con nuestro recorrido. Desafortunadamente de un momento a otro el clima cambió y empezó a llover. Nuestra idea de tomar lindas fotos del atardecer en San Andrés no fue posible este día. Por suerte estaríamos en la isla un par de días más.

No hay comentarios.